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viernes, 9 de octubre de 2009

Putas tristes y censura


SERGIO SARMIENTO

9 Octubre 2009

(Tomado de A.M)



“El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen”.
Gabriel García Márquez


Lo que irrita es que no se hayan levantado más voces de protesta después de que un grupo llamado Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe logró que se cancelara la filmación de una película basada en la novela Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez.
El grupo se enorgullece de su acción. Llevar al cine esta novela del ganador del Premio Nobel de Literatura -dice Teresa Ulloa, directora de la organización- habría glorificado la pedofilia, la esclavitud y la prostitución infantil. Para detener la filmación presentó una denuncia ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas. “No conozco el guión -aclaró-; conozco el libro, y la película iba a estar basada en el libro”.
Los miembros del Consejo para el Desarrollo Industrial, Comercial y de Servicios para el Estado de Puebla, que se habían comprometido a entregar dinero para la película, se asustaron y cancelaron la aportación. La filmación ha sido suspendida y, si los censores logran su propósito, será cancelada.
¿Quedarán satisfechos? Difícilmente. Ulloa ya señaló que no conoce el guión: su objeción se centra en el libro. Supongo que ahora tratará de prohibir la novela de García Márquez y podrá seguir después con libros como Lolita, de Vladimir Nabokov y En brazos de la mujer madura de Stephen Vizinczy o con películas como Pretty Baby, de Louis Malle y Taxi Driver, de Martin Scorsese. Hay mucho quehacer para los censores porque son muchas las obras literarias, artísticas y cinematográficas que tratan el amor entre adultos y adolescentes o la prostitución infantil.
¿Dónde quedaron las voces que usualmente se oponen a la censura? Calladas, quizá porque una entidad del Gobierno de Puebla aportaba el dinero y el Gobierno de ese estado es tabú para los intelectuales. Lo más probable, sin embargo, es que el gobernador Mario Marín no se haya enterado inicialmente de que el Consejo de Desarrollo iba a dar dinero a la película, aunque seguramente sí se identificó con el moralismo de los censores cuando, tras el escándalo, canceló el apoyo. Pero no se está censurando al góber precioso sino a García Márquez, y junto con él a Henning Carlsen, el reconocido cineasta danés de 82 años de edad, y a Jean-Claude Carrière, el guionista francés cuyo libreto ni siquiera leyeron los censores.
“La moral es asunto de tiempo” escribía esta semana el cubano Eliseo Alberto al reflexionar sobre este acto de censura. Hoy las buenas conciencias se inquietan por el trato en la literatura y la cinematografía de asuntos que siempre han sido abordados por autores y artistas. Es justo que luchen contra la prostitución infantil, pero una cosa es combatir un crimen y otra censurar la literatura o el arte. O ¿habrá ahora que prohibir los libros que narren homicidios para no glorificar el crimen?
Memorias de mis putas tristes es una obra magistral de un gran autor maduro. Yo le recomiendo a usted que salga de inmediato a comprarla y la lea antes de que la censura la expulse de las librerías. No tenga miedo: aunque cuente con noventa años cumplidos le aseguro, como ya lo ha señalado Catón, que no saldrá a las calles a buscar niñas prostitutas. Corre más bien el riesgo de quedar prendado del buen amor: “Era por fin la vida real, con mi corazón a salvo, y condenado a morir de buen amor en la agonía feliz de cualquier día después de mis cien años”.

1 comentario:

  1. Qué situación tan deprimente (Hablando intelectualmente), ¿Tiene mucho que ver la iglesia, la religión? ¡No, ni pensarlo! Haha... - Rich -

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