Los detectives salvajes es una novela del escritor chileno Roberto Bolaño, publicada en 1998. Consta de tres partes: la primera y la tercera son el diario del personaje Juan García Madero, un joven de 17 años estudiante de derecho. De ellas, la primera transcurre en México D.F. en el año 1975 y la tercera en el desierto de Sonora en el año 1976. La segunda parte consiste en fragmentos correspondientes a testimonios de distintos personajes, donde se recogen las vivencias entre los años 1976 y 1996 de los poetas Arturo Belano y Ulises Lima en distintos lugares del mundo. El relato es un homenaje al infrarrealismo, movimiento poético, que en la novela es denominado realismo visceral, y a sus integrantes. Así, Arturo Belano es en realidad el mismo Roberto Bolaño, y Ulises Lima es el poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro. Los detectives salvajes ha sido traducida a varios idiomas, y ganó en el año 1998 el premio Herralde y en 1999 el premio Rómulo Gallegos. La novela ha recibido gran cantidad de elogios, tanto de escritores como de críticos especializados.
Los hechos reales de Los detectives salvajes
Mario Santiago Papasquiaro fue expulsado de la ciudad de Viena, al igual que Ulises Lima en Los detectives salvajes. La corriente poética que en la novela aparece con el nombre de realismo visceral, se corresponde con el infrarrealismo, corriente literaria surgida en México en la década de los 70, encabezada por el mismo Bolaño y por Mario Santiago Papasquiaro entre otros. Otros sucesos que se narran en el relato también parecen tener correlación con la realidad. En el testimonio de Simone Darrieux, se alude a cómo descubre que Ulises Lima lee en la ducha, y este hábito se le atribuía a Papasquiaro.
En los testimonios de Norman Bolzman y Heimito Künst se describen las andanzas de Ulises Lima por Israel y Austria, y como de este último país le expulsan hasta el año 1984. Refiriéndose a un hecho que le sucedió a Mario Santiago Papasquiaro, dijo Bolaño en un discurso: en 1978 o tal vez en 1979 el poeta mexicano Mario Santiago, de regreso de Israel, pasó unos días en esta ciudad. Según me contó él mismo, un día la policía lo detuvo y luego fue expulsado. En la orden de expulsión se le conminaba a no regresar a Austria hasta 1984, una fecha que le parecía significativa y divertida a Mario y que hoy también me lo parece a mí. En una entrevista concedida por Bolaño a Mónica Maristain para la revista Playboy, el escritor chileno recuerda su empleo como vigilante de un camping cercano a Barcelona, al igual que Arturo Belano, como se recoge en el testimonio de Mary Watson. Muchos de los personajes parecen tener correlación con personajes reales, al igual que el realismo visceral lo tiene con el infrarrealismo. Así Arturo Belano y Ulises Lima son los álter ego de Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro. Cesárea Tinajero está inspirada en la poeta mexicana Concha Urquiza. Dentro de los real visceralistas, el joven Juan García Madero se corresponde con Juan Esteban Harrington, un productor audiovisual chileno. El poeta Darío Galicia aparece como Ernesto San Epifanio. Joaquín, Angélica y María Font son Manolo, Vera y Mara Larrosa. En la novela se menciona que Angélica Font ganó el Premio de Poesía Laura Damián, y en la vida real Vera Larrosa ganó el Premio de Poesía Diana Toscano. Otros personajes que no pertenecen a la corriente real visceralista son: el poeta Juan Bañuelos, que es retratado en la novela como el "poeta campesino" Julio César Álamo. En la novela, Arturo Belano mantiene un duelo con un crítico literario llamado Iñaki Echevarne, que es en realidad el crítico español Ignacio Echevarría. El poeta argentino Jorge Boccanera, que fue redactor de la revista Plural, aparece en el relato con el nombre de Fabio Ernesto Logiacomo. Luis Sebastián Rosado es José Joaquín Blanco. El amigo de Cesárea Tijanero, Amadeo Salvatierra, es el pintor estridentista Rodolfo Sanabria.
Los hechos reales de Los detectives salvajes
Mario Santiago Papasquiaro fue expulsado de la ciudad de Viena, al igual que Ulises Lima en Los detectives salvajes. La corriente poética que en la novela aparece con el nombre de realismo visceral, se corresponde con el infrarrealismo, corriente literaria surgida en México en la década de los 70, encabezada por el mismo Bolaño y por Mario Santiago Papasquiaro entre otros. Otros sucesos que se narran en el relato también parecen tener correlación con la realidad. En el testimonio de Simone Darrieux, se alude a cómo descubre que Ulises Lima lee en la ducha, y este hábito se le atribuía a Papasquiaro.
En los testimonios de Norman Bolzman y Heimito Künst se describen las andanzas de Ulises Lima por Israel y Austria, y como de este último país le expulsan hasta el año 1984. Refiriéndose a un hecho que le sucedió a Mario Santiago Papasquiaro, dijo Bolaño en un discurso: en 1978 o tal vez en 1979 el poeta mexicano Mario Santiago, de regreso de Israel, pasó unos días en esta ciudad. Según me contó él mismo, un día la policía lo detuvo y luego fue expulsado. En la orden de expulsión se le conminaba a no regresar a Austria hasta 1984, una fecha que le parecía significativa y divertida a Mario y que hoy también me lo parece a mí. En una entrevista concedida por Bolaño a Mónica Maristain para la revista Playboy, el escritor chileno recuerda su empleo como vigilante de un camping cercano a Barcelona, al igual que Arturo Belano, como se recoge en el testimonio de Mary Watson. Muchos de los personajes parecen tener correlación con personajes reales, al igual que el realismo visceral lo tiene con el infrarrealismo. Así Arturo Belano y Ulises Lima son los álter ego de Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro. Cesárea Tinajero está inspirada en la poeta mexicana Concha Urquiza. Dentro de los real visceralistas, el joven Juan García Madero se corresponde con Juan Esteban Harrington, un productor audiovisual chileno. El poeta Darío Galicia aparece como Ernesto San Epifanio. Joaquín, Angélica y María Font son Manolo, Vera y Mara Larrosa. En la novela se menciona que Angélica Font ganó el Premio de Poesía Laura Damián, y en la vida real Vera Larrosa ganó el Premio de Poesía Diana Toscano. Otros personajes que no pertenecen a la corriente real visceralista son: el poeta Juan Bañuelos, que es retratado en la novela como el "poeta campesino" Julio César Álamo. En la novela, Arturo Belano mantiene un duelo con un crítico literario llamado Iñaki Echevarne, que es en realidad el crítico español Ignacio Echevarría. El poeta argentino Jorge Boccanera, que fue redactor de la revista Plural, aparece en el relato con el nombre de Fabio Ernesto Logiacomo. Luis Sebastián Rosado es José Joaquín Blanco. El amigo de Cesárea Tijanero, Amadeo Salvatierra, es el pintor estridentista Rodolfo Sanabria.
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