Los expositores de la Feria Nacional del Libro de León (venden menos libros) reportaron menores ventas.
“Tuvimos una baja más o menos del 40% en ventas menos que en la edición anterior, lo que más sorprende es que también vino menos gente, pero las obras infantiles esta vez fueron las más vendidas”, dijo Noemí Alvarado, representante de editorial Porrúa.
“No hubo la misma gente y se nota mucho que la difusión no fue la misma, creo que faltó más organización, pero sobre todo que se diera a conocer como la del año pasado”, opinó Abraham Ney Ramírez, representante de la editorial Santillana.
Al igual que Porrúa, sus principales ventas fueron en literatura infantil. Por ejemplo, vendieron cien ejemplares de Ghostgirl.
Ma. Eugenia Morán representante de la editorial Larus, coincidió en las ediciones infantil este año repuntaron en sus ventas. La colección “Dinosaurios” superó la venta de 50 tomos.
Alberto Gómez, de editorial Océano, se refirió al público infantil como uno de los sectores más exigentes debido a que son los propios menores quienes eligen sus colecciones favoritas sin aceptar recomendaciones de los guías editoriales.
“Los niños casi siempre ya llegan preguntando por el libro que les interesa o del tema que les interesa y si no lo tienes se van o te piden que se los consigas; aquí la sección infantil siempre estuvo llena los cuentos de Beadle el Bardo fueron los más vendidos”.
Quino y Mafalda, una vez más se posicionaron como los favoritos de las nuevas generaciones de acuerdo con Jonathan Gerardo Lozornio, representante editorial de Tusquets, quien reportó ventas superiores a 50 tomos.
Hasta el sábado, el departamento de vinculación del Instituto Cultural de León registró 86 mil visitantes.
“Tuvimos una baja más o menos del 40% en ventas menos que en la edición anterior, lo que más sorprende es que también vino menos gente, pero las obras infantiles esta vez fueron las más vendidas”, dijo Noemí Alvarado, representante de editorial Porrúa.
“No hubo la misma gente y se nota mucho que la difusión no fue la misma, creo que faltó más organización, pero sobre todo que se diera a conocer como la del año pasado”, opinó Abraham Ney Ramírez, representante de la editorial Santillana.
Al igual que Porrúa, sus principales ventas fueron en literatura infantil. Por ejemplo, vendieron cien ejemplares de Ghostgirl.
Ma. Eugenia Morán representante de la editorial Larus, coincidió en las ediciones infantil este año repuntaron en sus ventas. La colección “Dinosaurios” superó la venta de 50 tomos.
Alberto Gómez, de editorial Océano, se refirió al público infantil como uno de los sectores más exigentes debido a que son los propios menores quienes eligen sus colecciones favoritas sin aceptar recomendaciones de los guías editoriales.
“Los niños casi siempre ya llegan preguntando por el libro que les interesa o del tema que les interesa y si no lo tienes se van o te piden que se los consigas; aquí la sección infantil siempre estuvo llena los cuentos de Beadle el Bardo fueron los más vendidos”.
Quino y Mafalda, una vez más se posicionaron como los favoritos de las nuevas generaciones de acuerdo con Jonathan Gerardo Lozornio, representante editorial de Tusquets, quien reportó ventas superiores a 50 tomos.
Hasta el sábado, el departamento de vinculación del Instituto Cultural de León registró 86 mil visitantes.
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