“La abundancia de alimentos entorpece la inteligencia”
Séneca
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El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha alertado que de continuar los malos hábitos alimenticios y sedentarios en el país, en 10 años 90% de los mexicanos padecerá sobrepeso u obesidad.
Según la tradición judeocristiana, la gula es uno de los pecados capitales. La gula puede entenderse como el ansia inmoderada de comer o de beber en demasía. La gula tanto como la anorexia, son los polos opuestos que cohabitan en ésta nuestra vida contemporánea.
Por un lado podemos encontrar en Monterrey a Manuel Uribe, uno de los mexicanos que se hizo famoso por su sobrepeso, y por el otro lado, el caso de las modelos de pasarela que han muerto por dejar de comer.
La gula, dicen los filósofos, se transforma en mal, cuando ofende el derecho y las expectativas del otro al comer. Como podemos vislumbrar, mientras que en algunos países se llenan de gordos como es el caso del nuestro, en otros se mueren de hambre como ha pasado y sigue pasando en África.
En la antigüedad los romanos llamaban “cura sui”, al cuidado de uno mismo. Profería un dicho popular: “No coma usted más de lo que le conviene o aquello que pueda sentarle mal”. Decía que la gula, vista como pecado es el hecho de convertir el comer en algo totalmente desligado del hambre de tantos otros.
Actualmente se le está viendo a México como un país de obesos, es decir, de seres pasivos y rumiantes, por un lado, y de oligarcas insaciables, por el otro. La gula es una acción egoísta: comer más y no pensar en los que se quedan sin comer.
Los restaurantes de bufet son toda una corona de nuestra época. Hay que decirlo, estamos viviendo en el momento histórico de los excesos.
El gran pensador Epicuro decía que el placer es satisfacer de una manera adecuada la necesidad que sientes. Calmar la desazón que sientes por el hambre, el frio o el deseo sexual.
¿Quién no, después de haber visitado un restaurante de “coma todo lo que pueda por el mismo precio”, ha sentido un terrible malestar al poco rato, tanto físico como moral? Los vicios son costumbres que envilecen al contrario de las virtudes. Si desde que la persona humana es infante lo acostumbráramos a la comida moderada, el niño se formaría una costumbre de virtud, pero si desde niños les aplaudimos que se atraganten les estaremos inculcando el vicio de la gula.
Sólo hay que buscar las estadísticas para percatarnos de que somos el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil. La especialista del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Eulalia Piedad Garrido Magaña, señaló que en México más de cuatro millones de niños tienen algún grado de obesidad, padecimiento que también sufren 25 de cada 100 jóvenes entre 16 y 18 años.
Esta situación ha provocado que niños y adolescentes tengan enfermedades propias de los adultos, como la diabetes tipo II, colesterol y grasas en la sangre, hipertensión arterial y trastornos cardiovasculares, por lo que el IMSS impulsa acciones de prevención desde el nacimiento y durante todo el ciclo de vida.
Los especialistas indicaron que tres cuartas partes de la población de entre 20 y 65 años tienen exceso de peso y mencionaron que hace 20 años en México era difícil encontrar personas obesas, sobre todo porque se tenía una alimentación más sana y mayor actividad social.
Echevarría Zuno insistió en la necesidad de cambiar la cultura alimenticia y de actividad física, para evitar el aumento de este problema considerado como la pandemia del siglo XXI, porque además de los problemas de salud físicos en el caso de los niños también los están afectando psicológicamente.
La comida es la forma en que el ser humano acepta su naturaleza humana, sin comida el hombre podría morir, pero también si come demasiado. Todos sabemos que la obesidad grotesca es una de la vía más alta para obtener la muerte.
La gula como forma de decadencia humana siempre ha acompañado a la humanidad, basta con recordar los vomitorios romanos a donde se iba a desechar todo lo que se había ingerido para vaciar el estomago y continuar seguir comiendo.
El desperdicio es el derroche que se queda sin utilidad pudiendo servir. La gula tanto como el desperdicio, en nuestro país constituye uno de los siete pecados capitales, pero más que eso, en un lugar como México, donde muchos a veces no tienen que comer, es un alta ofensa a la dignidad del otro.
Ahora que nuestro país está en segundo lugar después de E.U.A en problemas de obesidad, es una cuestión máxime replantearnos el problema de la gordura en este nuestro lugar en donde nos toco vivir.
Según la tradición judeocristiana, la gula es uno de los pecados capitales. La gula puede entenderse como el ansia inmoderada de comer o de beber en demasía. La gula tanto como la anorexia, son los polos opuestos que cohabitan en ésta nuestra vida contemporánea.
Por un lado podemos encontrar en Monterrey a Manuel Uribe, uno de los mexicanos que se hizo famoso por su sobrepeso, y por el otro lado, el caso de las modelos de pasarela que han muerto por dejar de comer.
La gula, dicen los filósofos, se transforma en mal, cuando ofende el derecho y las expectativas del otro al comer. Como podemos vislumbrar, mientras que en algunos países se llenan de gordos como es el caso del nuestro, en otros se mueren de hambre como ha pasado y sigue pasando en África.
En la antigüedad los romanos llamaban “cura sui”, al cuidado de uno mismo. Profería un dicho popular: “No coma usted más de lo que le conviene o aquello que pueda sentarle mal”. Decía que la gula, vista como pecado es el hecho de convertir el comer en algo totalmente desligado del hambre de tantos otros.
Actualmente se le está viendo a México como un país de obesos, es decir, de seres pasivos y rumiantes, por un lado, y de oligarcas insaciables, por el otro. La gula es una acción egoísta: comer más y no pensar en los que se quedan sin comer.
Los restaurantes de bufet son toda una corona de nuestra época. Hay que decirlo, estamos viviendo en el momento histórico de los excesos.
El gran pensador Epicuro decía que el placer es satisfacer de una manera adecuada la necesidad que sientes. Calmar la desazón que sientes por el hambre, el frio o el deseo sexual.
¿Quién no, después de haber visitado un restaurante de “coma todo lo que pueda por el mismo precio”, ha sentido un terrible malestar al poco rato, tanto físico como moral? Los vicios son costumbres que envilecen al contrario de las virtudes. Si desde que la persona humana es infante lo acostumbráramos a la comida moderada, el niño se formaría una costumbre de virtud, pero si desde niños les aplaudimos que se atraganten les estaremos inculcando el vicio de la gula.
Sólo hay que buscar las estadísticas para percatarnos de que somos el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil. La especialista del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Eulalia Piedad Garrido Magaña, señaló que en México más de cuatro millones de niños tienen algún grado de obesidad, padecimiento que también sufren 25 de cada 100 jóvenes entre 16 y 18 años.
Esta situación ha provocado que niños y adolescentes tengan enfermedades propias de los adultos, como la diabetes tipo II, colesterol y grasas en la sangre, hipertensión arterial y trastornos cardiovasculares, por lo que el IMSS impulsa acciones de prevención desde el nacimiento y durante todo el ciclo de vida.
Los especialistas indicaron que tres cuartas partes de la población de entre 20 y 65 años tienen exceso de peso y mencionaron que hace 20 años en México era difícil encontrar personas obesas, sobre todo porque se tenía una alimentación más sana y mayor actividad social.
Echevarría Zuno insistió en la necesidad de cambiar la cultura alimenticia y de actividad física, para evitar el aumento de este problema considerado como la pandemia del siglo XXI, porque además de los problemas de salud físicos en el caso de los niños también los están afectando psicológicamente.
La comida es la forma en que el ser humano acepta su naturaleza humana, sin comida el hombre podría morir, pero también si come demasiado. Todos sabemos que la obesidad grotesca es una de la vía más alta para obtener la muerte.
La gula como forma de decadencia humana siempre ha acompañado a la humanidad, basta con recordar los vomitorios romanos a donde se iba a desechar todo lo que se había ingerido para vaciar el estomago y continuar seguir comiendo.
El desperdicio es el derroche que se queda sin utilidad pudiendo servir. La gula tanto como el desperdicio, en nuestro país constituye uno de los siete pecados capitales, pero más que eso, en un lugar como México, donde muchos a veces no tienen que comer, es un alta ofensa a la dignidad del otro.
Ahora que nuestro país está en segundo lugar después de E.U.A en problemas de obesidad, es una cuestión máxime replantearnos el problema de la gordura en este nuestro lugar en donde nos toco vivir.
Gordos (, ebrios) y estúpidos. Tristemente, es la imágen que proyecta el mexicano... no estará Homero Simpson inspirado en nosotros? Je, sé que no (y eso me preocupa).
ResponderEliminarLa obesidad es un problema serio, su contraparte lo es también. Lo ideal sería permanecer en un punto medio, todo un reto.
¿Por qué es tan difícil?
Sí, los excesos parecen ser lo "cool" hoy en día. Somos seres de cuidado decía Heidegger y vivir en este siglo es cuidarse de todos los excesos que nos acechan.
ResponderEliminarSaludos Leona.
Muy cierto, mi estimado Marco. No hay que temer a nadie más que a uno mismo, pienso yo. Espero leer muy pronto tu próxima entrada.
ResponderEliminarHasta pronto!